El artículo al que se hace referencia en el siguiente comentario es el siguiente:
http://www.monografias.com/trabajos16/investigacion-ciencia-tecnologia/investigacion-ciencia-tecnologia.shtml de Miguel Ángel Rodríguez Sosa
http://www.monografias.com/trabajos16/investigacion-ciencia-tecnologia/investigacion-ciencia-tecnologia.shtml de Miguel Ángel Rodríguez Sosa
El artículo de
Rodríguez Sosa plantea la manida cuestión sobre la utilidad o la estética
contemplativa como metas (o procesos) de la investigación académica. Partiendo
de la base de que no toda investigación científica debe tener un propósito
final de utilidad indiscutible –véase para
ello cualquier abstract de estudios literarios o artísticos, en general, o
consúltese cualesquiera tesis doctorales sobre el estudio eminentemente
observativo–, podemos empezar considerar que uno de los axiomas concluyentes
tratados en este trabajo no tiene la calidad de convincente.
Efectivamente, considerar
que un trabajo científico, así como cualquier tipo de investigación académica,
debe resultar en una serie de “’utilidades’ en el sentido de valores” –al menos
cuando se trata de las humanidades– no resulta no menos que escandaloso. Cualquier
estudio estético sobre el estilo de cualquier obra del siglo XX, y en especial
si nos centramos en el post-modernismo inglés, podrá hacernos ver con mucha
claridad, que esta afirmación realizada por Rodríguez Sosa es bastante general,
si no generalista. No debemos ir tan lejos, como para tomar por cierta e
indiscutible la cita de Oscar Wilde (“Todo arte es completamente inútil”), pues
esto nos llevaría a realizar –o a tildar de– inútil cualquier trabajo que
perteneciera al campo o al ámbito de las letras. O, por el contrario, a desprestigiarlo
tanto, que el estudio y la investigación de las letras (especialmente del arte)
resultara siendo abandonado por cualquier escritor que se precie.
Las cuestiones tratadas
al principio del artículo de Rodríguez Sosa no se alejan del todo de la
realidad a la que los investigadores se enfrentan día a día; pues sí, efectivamente,
hay un cierto interés por parte de los investigadores –interés epistémico– que,
aunque de manera subconsciente raye el ego personal, resulta en una búsqueda de
la verdad.